26/2/11

El beso.

Le agradaba estar allí, en la penumbra. Mientras sus manos tocaban su cara. Le agradaba estar frente a él. Mirándole a los ojos. En una cruzada de suaves caricias e intensas miradas. Le agradaba estar allí, cara a cara.

De repente surgió el beso. Y sus labios se acercaron poco a poco a los suyos, rompiendo el aire habido en aquella habitación. Y sintió que aquello era más que un simple beso. Sintió cómo una historia llegaba a su fin, recopilando capítulos y anexos. Sintió como todo lo pasado cobraba sentido. Y como una nueva historia daba comienzo. Y sintió por primera vez, como no había sentido antes en el tiempo, que existía para estar allí, en aquel justo momento.